Cuando se habla de «la Internet de las cosas», lo primero que viene a la mente es una casa domotizada y conectada a Internet que nos avisa de todo en el móvil, y a la que podemos controlar desde el teléfono.
Ejemplo típico. Imaginemos el frigorífico inteligente que sabe lo que tiene en su interior y cómo lo hemos ido consumiendo. Por tanto, sabe lo que necesitas y puede decírtelo o mejor aún, hacer el pedido por ti.
También se nos ocurren ideas como encender aparatos antes de que llegues a casa, como la lavadora, el robot de cocina, el horno, la calefacción, el aire acondicionado, etc.
Quizá relojes y pulseras inteligentes que recogen y vuelcan información al llegar a casa, o por el camino, que te permiten vigilar las constantes de una persona mayor y avisar al médico si es necesario.
Ya tenemos un montón de cosas actualmente conectadas a Internet, además de ordenadores, la videoconsola, la tele, la tablet y el teléfono móvil. Piénsalo un momento ¿Podrías pasar hoy en día sin Whatsapp?.
Pero se trata de conectarlo todo, todo, todo. Seguir leyendo →